Son las palabras frágiles las que mis oídos no logran percibir, son las miradas iracundas las que no logro descubrir, es la alegría ignorante que me envuelve otra vez hoy, la que me entrega lo que jamás pedí...
Son las lágrimas y los vasos rotos los que me instan a no volver atrás, a no temer al fracaso, a no descuidar lo que preciso y aceptar lo que no tengo...
Si alguna vez tuve miedo, esa vez es hoy, pero cierro mis ojos y me abstengo de respirar ironías, escapo de las circunstancias que me alejan de SU mirada...
Imposible confiar en mis destrezas absurdas, humanas, vanas, ligeras.... absurdo es abastecerme de la nada, y aparentar con lo pasajero...
desde hoy y para siempre entrego lo que me carcome por dentro y me alimento de lo que siempre estuvo a mi alrededor... y jamás vi...
Me entrego no porque deba, sino porque quiero.. desde hoy y para siempre...